Una parte esencial del trabajo de un científico que estudia la biodiversidad se realiza en el campo. Para encontrar nuevas especies y mapear el área de distribución de los organismos, debemos visitar sus hábitats naturales y tomar muestras. Estas muestras finalmente se clasifican y depositan en colecciones de historia natural en museos o universidades, donde se almacenan de manera segura durante décadas y pueden ser estudiadas por científicas y científicos. Este trabajo es ahora más importante y urgente que nunca, ya que las actividades humanas, como la deforestación, están degradando rápidamente los ambientes prístinos; por lo tanto, debemos documentar nuestra biodiversidad antes de que desaparezca.

He participado en expediciones de campo para muestrear arácnidos en hábitats que incluyen selvas tropicales, bosques secos, desiertos y selvas húmedas templadas. Las muestras de estas campañas se han depositado en importantes colecciones sudamericanas como las de la Universidade Federal de Minas Gerais (BR), el Instituto Butantan (BR) y el Museo Argentino de Ciencias Naturales (AR).